¿El hielo es útil para tratar una lesión?

Para los profesionales de la salud, la pregunta surge casi cada día. La gente recibe los consejos de sus amigos y de su entrenador. Incluso forma parte del conocimiento social: “el hielo reduce el dolor y acelera la curación”. ¿Pero es realmente así?

 

Las páginas webs de internet populares difunden esta información sin reservas. Para el público, Wikipedia afirma que “la crioterapia se utiliza con el fin de disminuir el dolor muscular y la hinchazón después de una lesión o una cirugía. Los atletas también la utilizan con el objetivo de acelerar la recuperación post-entrenamiento”.

 

Para los fisioterapeutas, Physiopedia afirma que “la aplicación de hielo es el método más sencillo y antiguo de tratar las lesiones. Su utilización se ha extendido por todo el mundo ya que es eficaz, práctica, fácil de transportar y no cuesta casi nada”.

 

En teoría, esto podría significar que la gente que vive cerca del ecuador no se cura tan bien como los que viven en el polo norte. Así que podemos preguntarnos cómo se curaba el ser humano de sus lesiones antes de que se inventara el congelador.

 

 

Fijarnos en las pruebas científicas

Desde un punto de vista práctico, debemos fijarnos en las pruebas científicas. La crioterapia podría ser beneficiosa después de una cirugía. Por ejemplo, una revisión sistemática que combinaba 74 ensayos clínicos aleatorizados sugiere la utilización del hielo después de una reconstrucción del ligamento cruzado anterior [1]. De entre los diez estudios incluidos, tres han mostrado efectos positivos sobre el dolor, y dos informaron de una menor utilización de opioides durante las 24 horas siguientes a la cirugía. Sin embargo, 48 horas después de la cirugía, solo un estudio ha mostrado un efecto beneficioso del hielo sobre el nivel del dolor. Sin embargo, globalmente constatamos que el hielo era innecesario en la mayoría de los estudios incluidos.

 

En las guías de práctica clínica después de una artroplastia (cirugía de reemplazo articular) de la rodilla, la Asociación americana de fisioterapia menciona que “los fisioterapeutas deberían enseñar a sus pacientes y a sus cuidadores a utilizar la crioterapia, y animar a su utilización temprana después de la cirugía” [2]. Es interesante señalar que esta recomendación se basa solo en 2 estudios (1 de alta calidad y 1 de baja calidad), que han señalado una superioridad de la crioterapia sobre el dolor en comparación con una intervención control. A pesar de que otro estudio de alta calidad no señaló ningún beneficio.

 

Según otro estudio incluido en esta guía de práctica clínica, la gestión del dolor podría mejorar mediante un spray de crioterapia, aplicado durante 40 segundos, a una distancia de 10 cm, mientras que los pacientes hacen los ejercicios después de una artroplastia de rodilla [2]. Sin embargo, la guía omite decir que el “beneficio” era de 0,8/10 en una escala visual análoga del dolor, 3 días y 28 días después de la cirugía. Un valor que, para una intervención tan complicada, ni siquiera alcanza el umbral clínicamente significativo. También podemos cuestionarnos si este “beneficio” se hubiera señalado si se le hubiera aplicado un spray placebo al grupo control, en lugar de no hacerles nada.

 

A pesar de todo, la crioterapia sigue siendo una intervención de bajo riesgo, con posibles beneficios sobre el dolor. Algunos estudios incluso dicen que podría ser tan eficaz como la medicación [2]. Así que, la crioterapia podría formar parte de las estrategias para disminuir el dolor después de una cirugía, ya que parece ayudar a algunos pacientes. La crisis de los opioides que se vivió en algunas regiones de Canadá, sin duda, justifica la utilización de cualquier intervención segura que pueda ayudar a reducir la utilización de analgésicos.

 

Una revisión Cochrane que incluye 9 ensayos clínicos aleatorizados (n=998 mujeres) también ha revelado que, a pesar que los efectos observados eran más bien débiles, “la crioterapia podría ayudar a calmar el dolor perineal después de un parto” [3]. Por el contrario, los autores plantean una duda legítima: “son necesarios más estudios para determinar si la crioterapia ralentiza la curación de las rupturas y/o cortes”. Después de todo, las cicatrices son lesiones agudas de los tejidos blandos, y la ciencia sugiere que el hielo podría interferir en la curación de estas lesiones.

 

 

PEACE & LOVE, pero sin hielo

Es por esto por lo que se eliminó el hielo del acrónimo PEACE & LOVE, que busca orientar el tratamiento de las lesiones agudas de los tejidos blandos [4]. El hielo, no solo tendría un efecto neutro sobre estas lesiones, podría tener un efecto negativo. Por ejemplo:

  • Estudios hechos en laboratorio han mostrado que la aplicación de hielo inmediatamente después de una lesión muscular ralentiza la regeneración muscular en los animales [5, 6].
  • En el humano, la crioterapia cutánea después de un ejercicio excéntrico se asocia a un aumento de la sensación de fatiga local, del dolor, y del daño tisular en comparación con una intervención placebo [7].
  • En dos pequeños estudios realizados en humanos, el masaje con hielo no ha causado ninguna diferencia a nivel de la fuerza muscular o de las agujetas en comparación con una intervención control [8, 9].
  • Por el contrario, el masaje con hielo ha mostrado una reducción de las agujetas 72 horas después de un ejercicio excéntrico, en comparación con una recuperación pasiva [10].
  • Así que la evidencia en cuanto a la influencia de la crioterapia sobre la regeneración muscular parece no concluyente, y según ciertos pequeños estudios, el hielo podría ser perjudicial.
  • Y lo creáis o no, no existe ninguna evidencia científica que justifique la utilización de la crioterapia después de un esguince de tobillo. El hielo no aporta ningún efecto clínicamente significativo en relación con los síntomas, el hinchazón o el retorno a la función [11, 12].

 

 

Inflamación: ¿amiga o enemiga?

Muchos piensan que es útil inhibir la inflamación después de una lesión muscular, pero no es así de simple. La inflamación es una cascada compleja orquestada por diferentes señales que buscan optimizar la curación tisular [13]. Incluso si algunos estudios sugieren que eliminar los neutrófilos podría ayudar a la curación muscular [14], también es verdad que eliminar los macrófagos ralentiza la curación.

 

El rol de los macrófagos es el de orquestar la regeneración muscular [15]. Por lo que es una mala idea interrumpir su trabajo. Por lo tanto, utilizar hielo con el objetivo de reducir la inflamación tenderá a complicar los factores clave que hacen de la inflamación un proceso tan útil para la curación de las lesiones tisulares.

 

En resumen, el hielo podría ser útil después de una cirugía, especialmente si su utilización ayuda a reducir el consumo de medicamentos. ¿Si alguien la encuentra útil en postoperatorio, por qué no aprovecharlo? Pero después de una lesión muscular o ligamentosa, no podemos recomendar el hielo, porque no existe ninguna prueba que vaya en esa dirección. Incluso podríamos recomendar NO utilizarlo, tal y como está la investigación a día de hoy. En lugar de congelar vuestras lesiones, fiaros del acrónimo PEACE & LOVE, y dejar que la naturaleza haga su papel.

 

Referencias

  1. Davey MS, Hurley ET, Anil U, et al. Pain management strategies after anterior cruciate ligament reconstruction: A systematic review with network meta-analysis. Arthroscopy 2021;37: 1290-300.
  2. Jette DU, Hunter SJ, Burkett L, et al. Physical therapist management of total knee arthroplasty. Phys Ther 2020;100: 1603-31.
  3. East CE, Dorward ED, Whale RE, et al. Local cooling for relieving pain from perineal trauma sustained during childbirth. Cochrane Database Syst Rev 2020;10: CD006304.
  4. Dubois B, Esculier JF. Soft-tissue injuries simply need peace and love. Br J Sports Med 2020;54: 72-3.
  5. Shibaguchi T, Sugiura T, Fujitsu T, et al. Effects of icing or heat stress on the induction of fibrosis and/or regeneration of injured rat soleus muscle. Journal of Physiological Sciences 2016;66: 345-57.
  6. Takagi R, Fujita N, Arakawa T, et al. Influence of icing on muscle regeneration after crush injury to skeletal muscles in rats. Journal of Applied Physiology 2011;110: 382-8.
  7. Tseng CY, Lee JP, Tsai YS, et al. Topical cooling (icing) delays recovery from eccentric exercise-induced muscle damage. J Strength Cond Res 2013;27: 1354-61.
  8. Howatson G, Gaze D, van Someren KA. The efficacy of ice massage in the treatment of exercise-induced muscle damage. Scand J Med Sci Sports 2005;15: 416-22.
  9. Crystal NJ, Townson DH, Cook SB, et al. Effect of cryotherapy on muscle recovery and inflammation following a bout of damaging exercise. Eur J Appl Physiol 2013;113: 2577-86.
  10. Adamczyk JG, Krasowska I, Boguszewski D, et al. The use of thermal imaging to assess the effectiveness of ice massage and cold-water immersion as methods for supporting post-exercise recovery. Journal of Thermal Biology 2016;60: 20-5.
  11. Miranda JP, Silva WT, Silva HJ, et al. Effectiveness of cryotherapy on pain intensity, swelling, range of motion, function and recurrence in acute ankle sprain: A systematic review of randomized controlled trials. Phys Ther Sport 2021;49: 243-9.
  12. Vuurberg G, Hoorntje A, Wink LM, et al. Diagnosis, treatment and prevention of ankle sprains: Update of an evidence-based clinical guideline. Br J Sports Med 2018;52: 956.
  13. Scott A, Khan KM, Roberts CR, et al. What do we mean by the term "inflammation"? A contemporary basic science update for sports medicine. Br J Sports Med 2004;38: 372-80.
  14. Iwahori Y, Ishiguro N, Shimizu T, et al. Selective neutrophil depletion with monoclonal antibodies attenuates ischemia/reperfusion injury in skeletal muscle. Journal of Reconstructive Microsurgery 1998;14: 109-16.
  15. Liu X, Liu Y, Zhao L, et al. Macrophage depletion impairs skeletal muscle regeneration: The roles of regulatory factors for muscle regeneration. Cell Biology International 2017;41: 228-38.

Jean-Francois Esculier & Alex Scott

Jean-François Esculier es fisioterapeuta y clínico-investigador. Es el líder del departamento de investigación y desarrollo de La Clínica Del Corredor, y ejerce en la clínica MoveMed Physiothérapie en Kelowna, Canadá. También es Profesor adjunto de clínica en el departamento de fisioterapia de la Universidad de la Columbia Británica.

 

Alex Scott es el jefe del departamento de fisioterapia en la Universidad de la Columbia Británica. Sus proyectos de investigación se concentran sobre la recuperación y la readaptación de las lesiones musculares y tendinosas.

 

* Este texto se ha publicado en inglés, versión original, por la Asociación de fisioterapia de la Columbia Británica. Traducido y publicado con autorización.